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Verano - Capitulo 8

De alguno de los infinitos universos paralelos que existe me llego esto:

Otro de los deliverys que hago es a también otra clínica. Esta vez es una clínica de fracturas y al frente de la recepción esta ella. Sus cabellos rubios y rizados, su sonrisa amplia y sus ojos color miel me reciben cada que le llevo su Gatorade de pomelo-naranja. Siempre lo pide a las 3:25 y desde las 8 de la mañana que entro estoy viendo el reloj para ver cuanto falta. Sonó el teléfono y conteste con mi efusividad y exceso de cordialidad como lo hago siempre y escuche su voz gruesa, pausada y con acento argentino. Ella me reconoció de inmediato. Yo demore un poco en saber que a ella justamente era a la que esperaba con ansias. Su voz sexy me recorrió el cuerpo y cuando me hizo la broma que nos une superficialmente mi corazón comenzó a latir rápidamente, sentí que en mi cabeza miles de neuronas se confundían ante la llegada de hormonas que aceleraban mis procesos. Ella entre risas, seguramente notando que me tenía en las nubes, me hizo su pedido común. Lo arregle rápidamente y fui a llevárselo. Mientras caminaba recordaba lo que tenía puesto ayer. Un par de aretes pequeños y dorados, una cadenita delgada con una pequeña prenda al final, su camisa de trabajo que es de un blanco transparente y un corpiño azul eléctrico que se veía a través de su ropa y me dejaba vislumbrar perfectamente sus senos. Un botón faltante y un arrugue en la camisa hacían una pequeña puerta de entrada por donde podía ver entre su pecho y como un idiota hipnotizado no pude quitar mis ojos de su piel hasta que fui descubierto en mi fechoría. Tenia miedo por que tendría puesto, por si recordaría el incidente del día anterior y se protegería desde antes a mi intromisión. Llegue rápidamente. Tenia la camisa abierta y sus senos atrapados en su corpiño azul eléctrico me decían que salían para mi, que este escote no había sido accidente esta vez. Lo primero que le dije fue que tenía la voz más sexy que había escuchado en mi vida. Nos atacábamos con sorpresas rápidamente. Ella se sonrojo y solo pudo responderme con una pequeña risa nerviosa. Por qué te sonrojas?, pregunte, seguro que tu novio te lo dice todo el tiempo. Me confeso que no tenia novio e indignado le dije que en Argentina se habían hecho todos putos. Dejamos de coquetearnos un segundo y le entregué su Gatorade y sus galletas, me pagó y seguimos conversando. Hablamos de las boludeses que hablamos siempre, el clima, las noticias, el país. Entre esas me pregunto que era lo que mas extrañaba de Colombia, le dije que extrañaba bailar salsa y que aunque aquí hay bares de salsa soy demasiado tímido para sacar a bailar a una desconocida. Me dijo que siempre había querido bailar salsa pero que no conocía a nadie que le enseñara. Los dos sabemos que es mentira y que muy seguramente nunca le ha interesado la salsa, pero hay mentiras con las que la vida sabe mejor. Ya tengo sus teléfonos y su mail y hemos quedado este sábado para salir a bailar. Mi corazón emocionado palpita pensando en esa noche que vendrá.

Si tan solo yo también supiera bailar salsa...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

es verdad, hay mentiras con las que la verdad sabe mejor, pero uno a veces se llena de ella y despues le keda un sinsabor

Unknown dijo...

Entoes que carlos amparo, ai estoy haciendo crecer mi blog con un par de cositas pa que vaya y las vea.

Bacanas las historias eroticas